Reabierto el centro de Valdemorillo

Una vez finalizadas las obras se ha reabierto al tráfico rodado el centro de Valdemorillo. Este acontecimiento nos ha traído varias sorpresas, algunas que ya se veían venir y otras que han sorprendido a propios y extraños.

Por un lado los ciudadanos, y principalmente los conductores profesionales de autobuses y transporte de mercancía, hemos descubierto que la calle de la Nava así como la Plaza de la Constitución han encogido significativamente. Se ve que, sobre el plano, nadie fue consciente que los autocares son unos vehículos rígidos de en torno a doce metros de largo por dos metros y medio de ancho. Esto supone que en una curva de seis metros de ancho jamás podrán coincidir dos autocares en paralelo. Menos aún cuando los límites de la curva son bolardos de acero, amenazantes instrumentos capaces de hacer trizas la carrocería mejor pintada.

Este estrechamiento de la calle, absolutamente imprevisto por la corporación de la señora Partida, ha provocado el caos circulatorio. Ahora los vehículos con destino Navalagamella son desviados por calles estrechas. Las señalizaciones de papel y boli del periodo posterior al bombardeo (o eso parecía el centro del pueblo durante las obras) han reaparecido para tratar de llevar a los atónitos conductores a su destino por las intrincadas calles céntricas.

Por otro lado, y esto ya se vio con claridad meridiana el día que talaron los árboles de la Plaza de la Constitución, las sombras han desaparecido de la plaza del Ayuntamiento. Si bien ha crecido el espacio destinado a terrazas, extremo que agradecerán comerciantes y clientes, ahora la plaza de nuestro pueblo va a ser un lugar inhóspito cuando llegue la canícula. Ni Lawrence de Arabia resistirá una tarde sentado en la plaza de nuestro pueblo un mes de agosto. Vemos que el motivo es claro. A semejanza de las adoquinadas y muy destrozadas plazas de Madrid capital, la intención de convertir toda plaza que se precie en un solario es poder aumentar la recaudación municipal mediante las tasas por situar en el lugar puestos de venta durante las fiestas o terrazas más grandes durante el verano. ¿Sentarse a hablar con los vecinos debajo de una sombra? Eso no da dinero a la corporación de la señora Partida. Y si se descuidan van a intercambiar ideas. ¡Descartado!

La última valoración que hacemos desde Acción Votante es la realización de las obras. Muy al estilo escorialense, por la duración de las mismas, se ha provocado un descenso de clientes en todos los comercios del centro del municipio que ha venido a convertirse en otra gran piedra en el camino de nuestros comerciantes. Los que han sobrevivido, a duras penas, ahora necesitan que se les ayude a salir del profundo agujero. También están los nefastos remates de las obras, especialmente en aquellos tramos donde termina la nueva pavimentación y empieza la antigua. Esquinas que no coinciden, iluminaciones deficientes en los pasos de peatones y una canalización de las aguas de lluvia que aseguran muchos dolores de cabeza a los empleados y clientes de La Viena Nieves, que necesitaron montar unas trincheras con sacos terreros durante el periodo de obras para que no se inundara el comercio.

¿Este es el resultado de demoler el centro del pueblo y reconstruirlo durante casi un año? En Acción Votante pensamos que otra obra así terminará definitivamente con Valdemorillo, sus ciudadanos y sus muy sufridos comerciantes.

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